Tiene este clip sus siete meses largos. Pero sucede que R.S., compañero laboral del ladrador crepuscular y fan como él de las camisetas cinéfalas de la gracienca tienda Cinemascope, fue a descubrirlo ayer. Y que lo pinchó en repetidas ocasiones. Y que, llevado por el flashback del memorable concierto benicense de Bright Eyes, servidor se ha pasado las últimas veinticuatro horas tarareando Four Winds a los cuatro vientos. Así que a amplificar tocan, amigos...
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