Suele la pantalla (grande o pequeña, tanto da), mostrar al escritor con bloqueo creativo plantificado ante la hoja/pantalla en blanco, mordiéndose las uñas y clamando:
-Arrrrrgh, no se me ocurre nadaaaaaaaaaa...
El Hank Moody de esta serie, en cambio, folla. Folla. Folla. Y, cuando se cansa de follar, folla un poco más. Es así que, por lo menos en lo que a su episodio piloto se refiere, el porcentaje de pechos femeninos por minuto de emisión bate para Showtime cualquier récord que tuviera en su posesión HBO. Por lo demás, el siempre sosaina, siempre entrañable David Duchovny se hace acompañar de la siempre solvente Natasha McElhone y entre ambos se las arreglan para entretener durante media horita, que desde luego no es poco.
-Arrrrrgh, no se me ocurre nadaaaaaaaaaa...
El Hank Moody de esta serie, en cambio, folla. Folla. Folla. Y, cuando se cansa de follar, folla un poco más. Es así que, por lo menos en lo que a su episodio piloto se refiere, el porcentaje de pechos femeninos por minuto de emisión bate para Showtime cualquier récord que tuviera en su posesión HBO. Por lo demás, el siempre sosaina, siempre entrañable David Duchovny se hace acompañar de la siempre solvente Natasha McElhone y entre ambos se las arreglan para entretener durante media horita, que desde luego no es poco.
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