Pero pero pero... En la final de los pateadores (todos los puntos llegaron a través de golpes de castigo: los 6 de Wilkinson para la rosa y, del lado Springbok, los 12 de Montgomery y los 3 de Steyn -notable su disparo a 49 metros de palos), un ensayo podría haber alterado la historia. E Inglaterra lo tuvo en su mano cuando corría el minuto 43, ya que tres centímetros escasos la separaron de conseguir el tanto y colocarse por delante en el marcador (el juez de televisión dictaminó, acertadamente por cierto, que la punta del dedo gordo del pie izquierdo de Cueto estaba fuera antes de que el balón tocara la hierba).
Señal en cualquier caso del coraje exhibido por una escuadra muy inferior a la sudafricana, que jamás tuvo demasiada idea de qué hacer en ataque pero que, tal y como dictan los cánones del deporte de la pelota ovalada, se dejó hasta la última gota de sangre en el empeño.
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