En más de una y más de dos ocasiones he escuchado, de boca de mi señor tío, el relato de la llamada transoceánica Barcelona-Buenos Aires que mi no menos señor padre realizó hace ahora 33 años, 3 meses y 12 días para anunciar el nacimiento de este ladrador crepuscular, episodio que fue curiosamente a fundirse y confundirse con la noticia del fallecimiento de cierto ex presidente argentino. Hoy, 33 años, 3 meses y 12 días más tarde, este ladrador crepuscular ha sido receptor de otro telefonazo transoceánico, Bermudas-Barcelona para el caso, con el objeto de comunicarle su ascenso a la categoría de señor tío. Al otro lado de la línea, un señor hermano elevado al rol de señor padre que se declaraba maravillado por la llegada al mundo de su pequeña Natasha Krmpotic' (pequeña en relación al resto de la familia a día de hoy, pues como bebé se ha ido a los 4.320 gramos y 51 centímetros). Buena, maravillosa nueva además por partida doble: tras consultar la edición cibernética de El País, no consta que cierto ex presidente argentino haya amagado con cambiar de barrio para responder a este paralelismo de aparición de nuevas generaciones en el clan comunicadas de un extremo del Atlántico al otro...
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